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Después de los lamentables sucesos que hubo el fin de semana pasado en las plazas de León y Querétaro, donde brotes de violencia mancharon las jornadas futboleras en esa localidad, afortunadamente sin desgracias que lamentar, pero por que recurrir a la violencia si el equipo esta en una mala racha?, acaso las bengalas y piedras lanzadas cambiaran el accionar de un equipo?, el golpear al que usa una playera distinta a la tuya hará que el resultado cambie?, no hay pretextos para recurrir a una violencia innecesaria cuando en realidad es un juego, y el futbolista es solo un trabajador, no depende de nosotros, ni somos sus dueños, tan delgada es la línea de un verdadero fanático al fanatismo, el futbol y sus actores son casi una deidad para muchos, tienen la vida que muchos desean, la fama y demás cosas que permite el futbol profesional en el mundo, aun así no olvidemos que son seres humanos, que tienen familia, y trabajan de alguna forma u otra es su trabajo que hay que respetar.
El aficionado por momentos se ha olvidado de lo maravilloso que es el futbol, piensa que los jugadores son robots y deben de ganar siempre, y en ocasiones sabemos mas que ellos, y llevamos nuestras frustraciones, enojos de la semana a un estadio a ver un espectáculo, un rato con la familia, con los amigos por que terminar con una convivencia de cada 15 días a hacer de nuestros estadios para aficionados extremos. El futbol debe de seguir siendo familiar, hacer conciencia en los jóvenes que nada que ellos hagan mediante el uso de la fuerza cambiara los resultados deportivos al momento. Hay formas de manifestarse sin agredir, por que a quien le gusta ser agredido mientras uno hace su trabajo?, hay formas de ser exigente, lamentablemente en un país tan sui generis como el nuestro, albergamos nuestras esperanzas en unos colores y nuestro estado de animo a 14 jugadores en un rectángulo, que ellos al acabar vuelven a sus vidas y a su trabajo sea el resultado que hubiese sido, en tanto el aficionado con el malestar trata de eliminar la ira de la peor forma.
Afortunadamente aun se puede ir al estadio en México tranquilamente, pero en cualquier momento un inadaptado puede acabar con la fiesta y convertirla en tragedia, un aficionado defiende con argumentos no con golpes, eliminemos y volvamos a los valores, al que gana se le respeta y al caído le damos admiración por su esfuerzo, volvamos a nuestras raíces, cantemos, gritemos, bailemos, y apoyemos con el corazón, sin perjudicar a nadie, por que todos somos personas, padres, hijos, madres, esposas, y a nadie le gustaría salir lastimado en un evento que es para unir al pobre con el rico, al moreno con el blanco, el futbol tiene esa magia no la echemos a perder. Cuidemos nuestro futbol y erradiquemos todas esas malas influencias, aprendamos a perder y a ganar, el futbol es pasión, sentimiento, a veces religión, pero no deja de ser un juego.
El aficionado por momentos se ha olvidado de lo maravilloso que es el futbol, piensa que los jugadores son robots y deben de ganar siempre, y en ocasiones sabemos mas que ellos, y llevamos nuestras frustraciones, enojos de la semana a un estadio a ver un espectáculo, un rato con la familia, con los amigos por que terminar con una convivencia de cada 15 días a hacer de nuestros estadios para aficionados extremos. El futbol debe de seguir siendo familiar, hacer conciencia en los jóvenes que nada que ellos hagan mediante el uso de la fuerza cambiara los resultados deportivos al momento. Hay formas de manifestarse sin agredir, por que a quien le gusta ser agredido mientras uno hace su trabajo?, hay formas de ser exigente, lamentablemente en un país tan sui generis como el nuestro, albergamos nuestras esperanzas en unos colores y nuestro estado de animo a 14 jugadores en un rectángulo, que ellos al acabar vuelven a sus vidas y a su trabajo sea el resultado que hubiese sido, en tanto el aficionado con el malestar trata de eliminar la ira de la peor forma.
Afortunadamente aun se puede ir al estadio en México tranquilamente, pero en cualquier momento un inadaptado puede acabar con la fiesta y convertirla en tragedia, un aficionado defiende con argumentos no con golpes, eliminemos y volvamos a los valores, al que gana se le respeta y al caído le damos admiración por su esfuerzo, volvamos a nuestras raíces, cantemos, gritemos, bailemos, y apoyemos con el corazón, sin perjudicar a nadie, por que todos somos personas, padres, hijos, madres, esposas, y a nadie le gustaría salir lastimado en un evento que es para unir al pobre con el rico, al moreno con el blanco, el futbol tiene esa magia no la echemos a perder. Cuidemos nuestro futbol y erradiquemos todas esas malas influencias, aprendamos a perder y a ganar, el futbol es pasión, sentimiento, a veces religión, pero no deja de ser un juego.
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